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Sesión premami de Elena. Sobre sueños y esperas


Hace poco estuvimos en Gijón, como yo digo, recuperando el norte y perdiendo la figura. ¡Qué felicidad entre tanto verde alrededor y  platos rebosantes de cosas ricas!

Han sido unas mini vacaciones singulares porque me he reencontrado con mi amiga Pau, a la que echo mucho de menos desde que regresó allí, a su tierra, después de unos años en Madrid en los que cumplió un sueño trabajando en series de televisión y rodajes de cine. 

Añoro mucho los días con Paula. No sé hasta qué punto ella sabe cuánto influyó en mí esos días raros en los que puse patas arriba mi vida. Ella, como Ana Campoy, hace que siga creyendo que los sueños se cumplen y, lo que es más importante, que luego hay que seguir soñando. Y es que una Pau que se despertaba cada día para vivir su sueño, con el tiempo sufrió la pesadilla de jornadas infinitas rodando seguidas por temporadas de incertidumbre esperando a que el teléfono sonase para un siguiente proyecto. Y empezó a fantasear con una vida estable en su Asturias natal. Y entonces cumplió otro sueño, y ahora es feliz con su horario de oficina y estando cerca de los suyos.

Siempre que pienso en ella me acuerdo de todo esto. Sólo oír su nombre y me conecto con mis más íntimas ilusiones. 

Y así entre pensamientos sobre sueños le hice fotos a su amiga Elena, que está horneando a Hugo, con la ayuda de Pau como excepcional doble de luces.



Fuimos a una playa que conocían y que estaba abarrotada aún a las siete y media de la tarde porque las nubes y las temperaturas por fin habían dado una tregua.


Era la primera vez que fotografiaba a una futura mami en el mar. Hacía unas horas que me había bajado del coche desde Madrid e intentaba digerir la comilona tardía que me había metido con Pau. Cachopo mediante, empecé a divagar sobre que era el marco perfecto para una embarazada: el agua, la vida... (Nota mental: no meterse jamás semejante cantidad de comida, por muy rica que esté, antes de una sesión).


Hablé con Elena de su espera. Yo sé mucho de esperar, y de desesperar ni os cuento, aunque de la de ella por desgracia ni idea, pero sintonizamos en un punto, en esas historias que la gente se empeña en compartir contigo con espíritu de ayuda pero que no te infunden más que temores gratuitos. Hay que conseguir abstraerse de esas pelis de miedo, mirar para adentro y confiar.


 Y si tienes a tu lado un papá que contribuye a ello o que salpica agua cuando a esta tía loca se le antoja que puede quedar bien, pues mejor que mejor.


Elena es encantadora y posó en el agua, fuera de ella, arriba, abajo, así, asao... Ensayando paciencia para Hugo!




En la tierra de las xanas dejé a Elena. Las dos seguimos esperando. Hasta hace un momento pensaba que nuestras esperas no tenían nada que ver, sin embargo, la RAE me ha abierto los ojos, literalmente, pues define 'esperar' como

1. tr. Tener esperanza de conseguir lo que se desea.

2. tr. Creer que ha de suceder algo, especialmente si es favorable.

3. tr. Permanecer en sitio adonde se cree que ha de ir alguien o en donde se presume que ha de ocurrir algo.

Pues sí, yo espero conseguir lo que deseo. Creo que ha de suceder algo favorable en algún momento. Y sí, aquí seguiré hasta que llegue para que me encuentre. :)


Gracias, Super Pau, por el chute de energía que es verte (y tan feliz).









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