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El "PHOTOCALL" a examen

Como reportera -dicharachera- bodil, veo todo tipo de celebraciones y maneras de festejar. He vivido y visto a través de mis objetivos el nacimiento y auge del photocall, y ahora vengo a cuestionarlo o, al menos a daros algunas pautas que os pueden ser de utilidad, que no es oro todo lo que reluce.

Empecemos por el principio, "photocall" es una expresión que combina "photo" (foto) con "call" (llamar), y proviene de los eventos en los que los personajes famosos invitados posen delante de una estructura, display o lo que sea con el nombre de la marca, película o lo que sea que vienen a promocionar. Los fotógrafos llaman a las estrellas para que se giren hacia sus cámaras. 

Un "photo booth", es nuestro fotomatón de toda la vida. No os liéis con los nombres.

Extrapolado a nuestras bodas y fiestas, un photocall no es más que un rinconcito donde hacerse fotos, divertidas o no. Punto. Pueden ser de diversos tipos, una estructura, una tela, un espacio con atrezzo de alguna temática, etc., y no todos funcionan en según qué situaciones. 

Un mismo photocall no queda igual durante el día...

Photocall durante el cóctel



  

Que durante la noche:



Ni obviamente es lo mismo uno creado para interior que para exterior, ni uno "pastel" que uno más gamberro.

Y siempre, siempre, se sobrepasan. Quiero decir que lo normal es que se metan grandes grupos y no se vea nada (aunque resulte mucho más divertido, por supuesto).



En la última (y divertidísima) boda en la que estuve, la novia había montado su propio photocall, con un biombo, unos banderines...

¿Lo veis por algún lado? :)



Yo me moría de la pena cuando la gente lo tapaba y no se veía nada, aunque desde luego se lo pasaban muy bien disfrazándose. Lo mismo sentí un mes antes con Laura y Carlos, después de estar que si balas de paja para acá y para allá, que si las compro en no sé qué pueblo, las llevo, las recojo,  resulta que ni se utilizó, por una serie de factores que concurrieron.

En realidad, lo que suele hacer que los invitados se animen son los complementos, y no tienes por qué necesitar un espacio habilitado al efecto.



Y si aún así queréis delimitarlo, un simple fondo negro puede ser lo mejor para destacar lo que os importa, que en el fondo es a vuestros familiares y amigos pasándolo bien.







Por otro lado, muchas parejas tienen la falsa creencia de que en el cóctel la gente no está lo suficientemente achispada y que por eso es preferible montar el photocall durante la fiesta. No es cierto. Por supuesto que hay personas que necesitan entonarse para soltarse, pero la mayoría se anima si se les anima, y muchas tampoco se "despendolarán" ni siquiera durante la barra libre. Me explico. Si los novios posan y "enseñan" al resto de invitados a "usar" el photocall, éstos se lanzan, independientemente de cuándo sea. Sobre todo porque están ellos, "los muñecos de la tarta", y quieren una foto juntos. Y a partir de ahí, todo va rodado. Y dura normalmente dura una hora. En cuanto que alguien se anima a posar, se producen corrientes de invitados pasando por allí hasta que llega un momento que se calma. Las siguientes fotos se hicieron durante el cóctel, como la primera del post.



Desde luego, el que tiene una función vital en esto es vuestro fotógrafo. Él debe coordinar y animar el tema. Por cierto, probablemente, sea un extra en su servicio. Preguntadle antes.


Lo que está claro es que si bien el hábito no hace al monje, sí es cierto que las personas sí  hacen al photocall.











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Esperando a Adrián

El domingo estuvimos un ratito con María y con Adrián. A estas alturas, ya apetece verle la carita.






Un bebé siempre es una alegría. Cuando es el de tu "primi" es todo un acontecimiento.



































Adrián, aguanta un poquito aún, que tenemos pendiente la sesión de "peripecias" con tus papis. :)


































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Laura+Carlos+Tirso


Laura y Carlos lo han hecho todo al revés. Quisieron una sesión de preboda cuando se enteraron de que estaban embarazados y en realidad no había boda a la vista; se estrenaron como papis con un Tirso la mar de salao hace año y medio; se fueron de luna de miel en julio, y se casaron finalmente el pasado 10 de agosto. Todo al revés. 

O al derecho, por qué no. 

Carlos estaba tranquilísimo, decía. Lo único que parecía agobiarle ese día era el calor.



La familia del novio había venido de Palencia para la ocasión, pero el protagonista absoluto de los preparativos fue Tirso, que deambulaba entre nosotros, de una habitación a otra, con sus valientes aunque torpes pasitos.  Una gozada de niño que se portó fenomenal durante toda la intensa jornada. 


Laura sí estaba muy nerviosa. Tenía esa angustia intrínseca a la mayoría de novias por que todo saliera bien.





He de decir que la conozco desde hace un cantidad obscena de años. Me cuesta describir la emoción que sentí al verla allí terminando de arreglarse con sus hermanas, en el baño en el que tantas veces nos hemos atusado todas antes de salir por la noche. 


Que Nacho y yo queramos a estos novios no es la causa de que creamos que fue una de las ceremonias más emotivas que hemos visto. Si habéis asistido a bodas civiles, estaréis de acuerdo conmigo en que las lecturas pueden engrandecerlas o no. Ellas sostienen este tipo de ceremonias y hay que conferirles la importancia que tienen a la hora de organizarlo todo, así como a quién será su conductor


En este caso, la tía y madrina de la novia se encargó de ser la maestra de ceremonias.



Leyeron familiares y amigos, con emoción palpable. Fue muy bonito cuando una amiga relató cómo se conocieron los novios, de pequeños. Y Carlos, el tranquilísimo, pasó a emocionadísimo, como Laura. No dejaron de llorar hasta el momento del intercambio de anillos, en el que hicieron gala de su buen humor y complicidad.



Para la (breve) sesión de posados -la confianza y el calor hicieron que los cuatro estuviéramos más pendientes de la cerveza que nos esperaba-, escogimos las afueras del Cortijo de Mónico, para hacer un guiño a aquella preboda en su pueblo palentino.




Es mejor que comprobéis vosotros mismos lo bonito que fue todo con este aperitivillo:

Laura+Carlos from Peripecia García on Vimeo.
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