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Claudia y el guisante



La reina quería averiguar si la joven era una princesa de verdad.


"Ya sé lo que haré - pensó -. Colocaré un guisante debajo de los muchos edredones y colchones que hay en la cama para ver si lo nota. Si no se da cuenta no será una verdadera princesa y no te casarás con ella. (Adaptación del cuento de Andersen)



Por suerte para Claudia, no tiene que demostrarle a nadie su condición porque no cabe duda de que es la princesa de su casa. Y ya veremos si no es ella la que se lo pone difícil al príncipe para casarse.

Los cuentos clásicos releídos ahora pueden resultar espeluznantes, pero las imágenes que evocan me siguen pareciendo fascinantes. Tenía muchas ganas de hacer ésta y tengo la intención de repetirla conforme vaya creciendo introduciendo variaciones simpáticas.

Este bellezón chiquitito tenía escasos días cuando hicimos esta foto. No le molestó su corona ni, por cierto, el guisante. :)



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1+1=4




















Hace mucho que no paso por aquí. Estoy liada con mi nueva profesión de enfermera, estilista, cocinera, chófer, maestra, cantante, cuentacuentos, cajero automático... Vamos, madre. Y ahora que el chiquitín ya no lo es tanto y empieza a dejar ratos libres (un minuto y medio, quizá dos), pues he querido desempolvar este escaparate que lo tengo hecho una pena y no puede ser. Y qué mejor manera que con una sesión de familia de esas que salen tan bien que te dura el subidón todo el día. De repente la luz, los niños, los padres, son todos ideales y tú estás en el momento justo y con todo preparado. 

Pero es que además, que años después de montar a Noa en su globo, sus papás te llamen para que les hagas fotos con el nuevo miembro de la familia, provoca una emoción sólo comparable a cuando unos novios te llaman para que retrates su embarazo.

Son guapos, vitales, divertidos, relajados, y eso se nota y lo hace muy fácil todo. Me dan las gracias y qué va, soy yo quien ha de dárselas, porque se prestan a todo incluso proponen un montón de poses geniales y locas. Siempre es un placer verles, y capturar una mañana en sus vidas, un privilegio.

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Boda en el jardín o El amor cuando ya no lo esperas. Segunda parte



Nos regalaron gafas para que no nos cegara su amor, pero fue inevitable dejarse imbuir por tantos sentimientos. Precisamente por eso pensé que no bastaba un vídeo recopilando lo más llamativo, sino que tenía que contar algún detalle como en 63 botones. Pero hay cosas que no se pueden explicar. Entonces quito la tapa del objetivo y le doy a REC.

MyL o el amor cuando menos te lo esperas from Peripecia García on Vimeo.
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Boda en el jardín o El amor cuando ya no lo esperas. Primera parte



Normalmente las historias de amor siguen un patrón básico: chica conoce chico, o al revés. Sin embargo la historia que os cuento hoy es más bien, sobrina de chica hace de celestina para que chico quede con chica. Cuando rozas el medio siglo igual como que lo de los romances o te da pereza o te pilla descreído o yo qué sé. 

Lo importante es que es el final de la película es justo el que tiene que ser: y se casaron muy felices y Peripecia lo retrató. :)

Como empecé mi lectura en la boda, "no  puedo hablar de mi infancia sin mencionar a mis tías", pues es que Marga, en concreto, ha jugado mucho conmigo, y le ha tocado subirse conmigo en muchos tiovivos cuando ya empezaba a darle vergüenza (os lo enseñaba precisamente aquí, cuando os aconsejaba que cogierais vídeo en vuestra boda), así que no es difícil que os imaginéis que prepararlo todo ha sido muy especial. 


Lo bueno de ser un matrimonio en segundas nupcias y sólo para la familia más íntima es que puedes permitirte ciertas licencias, eso sí, no faltó un detalle. En esta familia no hay evento pequeño, está claro, y Marga y Luis pudieron celebrar una boda que nada tuvo que ver con aquello de "no os liéis, si es una barbacoa...". Pues ni barbacoa, ni leches, bodorrio en toda regla.

Además aquí ha participado todo el mundo, que ha sido lo más bonito.


Desde el principio, sabíamos que se celebraría en la casa de campo de mis padres.  Yo rápido propuse la encina para el templete. Ese árbol que evitó mi padre que talaran es testigo de muchas cosas (y el preferido de Willow).



Estuvimos pensando para los novios y las lecturas en un atril, una mesa, etc., pero vi la idea de la tela en Pinterest (¡viva Pinterest! Aleluya!), y la verdad es que es alucinante cómo sólo un trozo de tejido puede enmarcar tan bien y lucir tanto.


 Unos ¿jarrones? (ahora mismo no me sale la palabra, perdonad) de mi tía Olga adornados con flores  terminaron de rematar  el escenario, a la par que nos ayudaba a sujetar la tela, que allí si sopla el viento, sopla pero bien.


La yaya no podía perderse nada, así que ahí que la pusimos en primera fila, en uno de los marquitos con fotos de la familia que decoraban la encina (como una especie de árbol genealógico, simbolizando la unión de las familias de los cónyuges).


Al otro lado de la encina, el espacio de los regalitos de los novios.





Mientras unos iban colocando todo según lo habíamos planificado, Ana y yo nos ocupábamos de la novia. Ana, sobrina también y la super repostera de la familia, la maquillaba mientras yo intentaba repetirle el moño que habíamos ensayado y que no me salía porque me temblaba el pulso. ¡Y hacía fotos y vídeo! :D


Encima no aparecía por ningún lado el pasador que le iba a poner, que era el de mi boda. Yo lo había dejado allí semanas antes para que no se me olvidara en Madrid y mi madre lo guardó tan bien que no se acordaba ni ella de dónde estaba. Menos mal que mi prima María, la de 63 botones, le había prestado también el suyo y pude hacerle el tocado.


Tuve que gritar desde la planta de abajo "¡tíaaaa, no te vistas sin mí!" Cómo son estas novias "tardías", no se dan cuenta de que hay que fotografiar hasta cómo  se ponen el vestido. ;)

Puse los zapatos en la casa de muñecas que le había regalado Luis. Ya que la tienen allí porque no le encuentran sitio en casa, había que darle un poquito de protagonismo.


El marío ofició la ceremonia. Ellos habían firmado ante un juez de paz el día anterior. Ya os comenté en su momento la importancia del maestro de ceremonias. No desaprovechéis la ocasión de que "os case" alguien especial para vosotros. Fuera vergüenzas y a crear recuerdos de calidad.


Leímos un sobrino de Luis y yo. Luego lo de mi tía Olga no fue leer, fue el apocalipsis. Todos llorando, Jesús, menos mal que con el calor que hacía los chicos podían decir que se secaban el sudor, no las lágrimas. Pero vamos, que a chorros.



Escribí el guión de la ceremonia que leyó Nacho, y antes de dar paso a los votos y el intercambio de anillos, hice que Dani (hijo de la novia y mi primo y ahijado guapo guapísimo) recitara un fragmento de Noches de boda en una versión particular de la ceremonia de la arena que vi en la boda de nuestros queridos Laura y Miguel.




Al final de la ceremonia, quisimos sorprenderles. En esta familia ya hemos hecho muchos vídeos sorpress y no podíamos repetirnos. Así que cuando propuse que nos pusiéramos a cantar  de pronto y dijeron que sí ¡no me lo podía creer! Y ensayar fue divertidísimo, sobre todo cambiarle la cerveza sin por con a la tía para que se echara una siesta...



La ola de calor brutal que nos invadió ese día no consiguió apagar nuestro entusiasmo y alegría.

Estábamos deseando ponernos el bañador, las cosas como son, pero aguantamos estoicamente durante la comida.

Las tartas, bueníiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimas, las hizo Ana, así como las galletas. Y los cupcakes de mojitos, que a la casa le pusimos El mojito, porque es lo que mi padre nos da de beber allí, y son famosos... 

Espectaculares los postres, de verdad, no es amor de prima, que también. Pero no, que la tarta de lima era para hacerle la ola.









Después bailaron, momento en el que mi hermana y Alfredo soltaron unos globos que teníamos preparados como sorpresa, pero que se llevó  el viento y casi no lo vieron  (cosas del directo...). Y por fin nos pusimos el bañador y pasamos el resto del día entrando y saliendo de la pisicina, bailando "el taxi", y torturando a Ana con el cartel de "Soy la siguiente" en el photocall. Por cierto, otra cosa super sencilla y de lo más vistosa.


Tan sólo una tela de un color chillón y bocadillos de cómic.


Es una pena que no os lo pueda enseñar bien, pero me mataría mi familia si los enseñara en bañador y bikini.



Os lo enseño en pequeñito :)


Y aquí un resumen del momento en que les sorprendimos cantando. Pasa lo mismo, quiero que me sigan queriendo, por eso, sólo un extracto.



Próximamente, el "highlights", el vídeocon los mejores momentos.

Que todas vuestras noches sean noches de boda, y todas vuestras lunas sean lunas de miel.
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Vídeo original de tus vacaciones


¡Hola! ¿Cómo vas esas vacaciones? Espero que fenomenal, y que las inmortalicéis en vídeos HORIZONTALES, que cada vez grabáis en vertical explota un cachorrito, ya sabéis. 

Por si queréis una peripecia chula, os enseño lo que me ha hecho el marío en Budapest. ¡Me ha tenido saltando por todas partes! Ha quedado genial y me he mantenido en forma ;)

Es más fácil de lo que parece, sólo hay que echarle un poquito de paciencia. Hemos procurado que tanto el salto como la perspectiva de la toma fuera siempre la misma. Luego, se pone uno una cervecita y a montarlo con tranquilidad. 

Os lo subiré con calidad cuando vuelva a los madriles, es que estoy en mitad del campo.





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DIY: Invitaciones rústicas


Este año tenemos un acontecimiento importante en la familia, ¡casamos a la tía Marga! Como se trata de segundas nupcias para los dos, será una boda especial por íntima y atípica. Pero hasta aquí puedo leer! El caso es que me pidió ayuda con las invitaciones y me puse manos a la obra.

El primer paso fue buscar inspiración en Pinterest (¡podría pasarme horas viendo cosas!). Rápidamente dimos con lo que quería mi tía, algo rústico, pues la boda tiene lugar en el campo, al aire libre, y sencilla y mona a la vez.

Fuente

Compramos encaje para adornar la cinta de tela de saco, cartulina color natural y papel especial hecho a mano y puse a mis padres a trabajar. La verdad es que si no es por ellos, no hago ni la mitad de las cosas.


He de decir que escogimos este tipo de invitación porque nos parecía resultona y sencilla, y luego no fue tan fácil como pensábamos. Sin embargo, en cuanto le cogimos el truco ya fue todo rodado. Por eso os la pongo, por si os queréis animar.

Primero unimos el encaje con cinta adhesiva de doble cara (transparente). todo el rollo, algo que a priori puede parecer más engorroso pero que lo facilita todo.



 Luego ya sólo quedaba pegarlo de la misma manera al papel y la cartulina (pegados entre sí a su vez)


Un texto simpático, con toda la información importante, una impresora, un sobre a juego y ¡ya está!


Ellos eligieron un sobre color chocolate, pero podéis combinarlo con uno crema también.


Si no tenéis muchos invitados, como es el caso o, si tenéis tiempo, podéis hacer perfectamente vosotros estas invitaciones o algo similar que quede igual de chulo por poco dinero.

¿Os gustan? ¿Habéis hecho vuestras propias invitaciones de boda?
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Peripecia García. Con la tecnología de Blogger.

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