
Seguro que alguna vez habéis deseado que vuestra pareja os regalara ese capricho habéis mencionado en alguna ocasión con la esperanza de que lo anotara mentalmente, o habéis sentido la necesidad de pedirle que os ayudara más en alguna tarea doméstica pero no queréis repetirlo por enésima vez. Bueno, pues en casa nos hemos comprado un buzón americano que además decora la habitación. Allí nos dejamos todo tipo de mensajes que si se dicen en voz alta pierden la gracia o el sentido. Cuando la banderola roja está levantada, indica que hay "carta", y os aseguro que siempre resulta una sorpresa grata para el destinatario y provoca muchas miraditas y sonrisitas cómplices. En esta era de ceros y unos, retomar la correspondencia manuscrita, aunque sea dentro de la casa, es genial.
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