Desde hace muchos años (tantos que voy a obviar decirlo), los jueves es la tarde en la que mis amigas y yo quedamos (o lo intentamos) para marujear un ratito y ponernos al día. Siempre hemos quedado en un bar, El Porche, y precisamente el otro día el camarero se lo contaba al maridín, que nos conoce desde que entró a trabajar y que nos ha visto cambiar de pelo, de novio y hora de ir. Sabe lo que tomamos y, si antes nos agasajaba con bien de patatas fritas por un supuesto interés en alguna que nosotras mismas nos inventábamos, ahora se las pone a Darío, el hijo de Ofelia. Y es que nos seguimos reuniendo, de forma más o menos intermitente según las circunstancias, solo que ahora vamos muchos más, a veces "dejamos" que nos acompañen los churris, pero los que empiezan a ser asiduos son los peques, ¡y ya tenemos 5 y otro en camino! Ayer nos reunimos en otro sitio. Cuando al volver a casa a eso de las 19.30h devolví a mi madre la llamada que me había hecho en mi ausencia, me dijo "qué pronto has vuelto, qué poquito estáis", pensando que habríamos estado sólo media hora. Yo me sonreí y le expliqué que en realidad habíamos estado dos horas solo que ya estaba de vuelta porque habíamos ido... Al parque. Era el primer jueves que lo hacíamos, pero intuyo que no será ni mucho menos el último, ya que está claro que el grupito crece y hay que adaptarse.
A veces me deprimo pensando en lo bien que lo pasábamos con 17 años y añoro los tiempos de pavo y fiestas de pijama, pero entonces me doy cuenta de que lo bonito es que aún seguimos juntas y, lo que es más, compartiendo todo tipo de experiencias. Somos testigos y parte de la historia de cada una de nosotras y eso es francamente irreemplazable. Y lo más alucinante es que seguimos hablando de las mismas cosas. Bueno, quizá haya algún tema nuevo como cunas, anginas y guarderías, pero al final somos las mismas solo que con canas )sí! Canas!Aaaaaah!). Por eso, los límites se diluyen y esta amistad es prácticamente familia, y no importa tanto el sitio como si se puede ir con carricoches.
Esta entrada os la dedico a vosotras, amiguitas, pero sobre todo a Manuela y a Cayetana, porque alguna de las dos me ha "regalado" su cámara y, como veis, ocupa un lugar preferente con mis otras reliquias.
3 comentarios:
at: 30/3/12, 13:41 dijo...
Qué bonita la entrada! yo también tengo mis amigas de toda la vida, desde que teníamos...yo que se, 8 años? hemos crecido juntas y aunque ahora cada una sigue su rumbo (nos hemos desperdigado por el país) cuando nos vemos es como si no pasara el tiempo! aunque a veces me gustaría que todo volviera a ser como antes...pero la vida es lo que tiene, si no evolucionáramos no tendría gracia!! un saludo y feliz finde!!
at: 30/3/12, 14:17 dijo...
Evolucionar... Y entonces por qué NAcho da igual que cumpla 29 que 7, y sus regalos son igualitos(muñequitos y demás de "La guerra de las galiaxias"? jeje! Esa sensación de que no pasa el tiempo es lo cuenta! Está claro! Feliz finde a ti también! :)
at: 30/3/12, 19:40 dijo...
Yo también conservo a mis amigas del cole, las 8 de siempre, pero al igual que muchochupchup, yo también las tengo desperdigadas por el país. Lo malo de eso es que no nos vemos tanto como quisieramos, pero lo bueno es que al reunirnos parece que no ha pasado el tiempo, seguimos siendo una familia!!!
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