Hoy no estoy muy habladora. Ni muy escritora. Ni muy bloguera. Tengo un día rojo.
Me preocupan cosas que no puedo controlar.
Pero este blog precisamente era para aliviarme y aliviaros en estos días feos, así que voy a contaros algo más amable, como es la historia del intercambio de alianzas en la ceremonia del matrimonio.
Una de las teorías más aceptadas sobre su colocación en el anular derecho es que existe una vena que lo comunica directamente con el corazón, la "vena del amor", como ya la conocían los griegos. En cuanto a esto, además del origen del símbolo hay que atender también al de los novios pues, si no me equivoco, los catalanes y los canarios lucen sus alianzas en la mano izquierda.
Otra teoría para el uso de los anillos sugiere que es porque ya para los egipcios el amor se representaba con un círculo, infinito. Otra, romana y más religiosa, afirma que se fundamenta en el método trinitario, que consistía en meter el anillo en cada dedo diciendo: "en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", hasta dejarlo en el anular.
Sea como fuere, yo ya tengo las mías, de lo más simple y de oro blanco. Me encantan. Eso sí, si tenéis la suerte de tener a algún conocido viviendo en Canarias, miradlas allí. A nosotros nos han costado las dos lo que una en Madrid o en Sevilla. Brutal la diferencia.
1 comentarios:
at: 2/3/11, 15:18 dijo...
ánimo con el día rojo, piensa que igual para alguien muy querido ha sido día verde y eso te hará sentir mejor.
Besos
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